sábado, 7 de octubre de 2017

BLADE RUNNER 2049


En 1982 se estrenaba en los cines la cinta Blade Runner basada en una novela de Philliph K Dick con el aquel entonces jóven Harrison Ford a la cabeza del reparto y con el reto de llevar a la pantalla un espectáculo futurista y humano sin precedentes. Ridley Scott que venía de un gran éxito como lo fué Alien el octavo pasajero logró lo que a muchos les parecía algo prácticamente imposible, lograr ese equilibrio entre un producto comercial y una cinta por demás filosófica acerca de la verdadera esencia del ser humano y sus consecuencias, cuando esa humanidad se replica en seres casi robóticos y perfectos. El resultado conjuntando la música de Vangelis y la extraordinaria fotografía de Jordan Cronenweth, los diseños de Lawrence Paul de ese mundo tecnológicamente depresivo y alucinante, ha sido una de las mejores cintas de Ciencia Ficción de todos los tiempos.

El regreso al mundo del neon apocalíptico

Cuando se habló de realizar una secuela el director Denis Villeneuve que ya había colocado su aportación muy decorosa e interesante al género como la cinta La llegada (arrival 2016), fue tentado con un guión que continuara con la historia de ese mundo futurista y nos hablara sobre el destino de los Replicantes y el detective Rick Deckard que en la primera entrega no solo termina por deshumanizarse sino que se enamora de una replicante.  Hacer una secuela de Blade Runner era algo particularmente difícil tomando en cuenta que jamás pidió una secuela y mucho menos un aborrecible remake. Pero Hampton Fancher el guionista de la original tenía algo más en mente, no solo el guión se trataba de una secuela, sino que sería una cinta que pudiera sostenerse por si misma sin acudir más que como soporte a la original. 
El futuro es incierto y azul

El resultado es Blade Runner 2049 una cinta que nos cuenta la historia de el detective K (Ryan Gosling) un replicante al servicio de la ley que se dedica a cazar despiadadamente a otros replicantes de modelos pasados. Es un Humanoide al servicio del creador Niander Wallace interpretado por un cómodo Jaret Letto, que obedece la orden y no tiene sentimiento alguno al respecto. En la búsqueda y masacre de estos replicantes viejos K se va a encontrar con pistas que lo involucran de una manera muy extraña con el caso del detective Deckard y su relación con Rachael la replicante de la cual se enamora y al parecer su unión dio como resultado un hijo, mitad humano y mitad replicante. 

el holograma como sustituto del sentimiento humano

La cinta deslumbra con su primer plano, un iris ocular inmenso, el ojo del humano, no humano que tiene más humanidad que los que han nacido orgánicamente. El escenario es un caos, es ese futuro donde la tecnología es tan avanzada que suple la soledad, la rutina con hologramas y placeres mundanos inexistentes fisicamente. Es un mundo socialmente inestable, vacuo y con diferencias entre los replicantes y los humanos reales.

La maravillosa fotografía de Roger Deakins haciendo no solo un gran homenaje a Cronenweth sino consiguiendo un alucinante viaje de colores, reflejos, neones, contraluces, sombras, capturando momentos formalmente estéticos, con una composición abismal, estructurada de colores y texturas que pocas veces puede uno experimentar en una sala de cine.
Deckard en su mejor momento

Los personajes, Harrison Ford maravilloso, sorpresivamente un papel que está en su filmografía y que con el tiempo ha sabido madurar, esperar el momento, aunque ahora su personaje no es principal, es el centro de la historia y logra unos matices inmensos en el poco tiempo que tiene en pantalla.
El amor virtual sin tocarse

 El personaje de Gosling, que aparentemente tiene tonos similares a los personajes de sus anteriores cintas, callados, casi robóticos, acá funciona de maravilla al tratarse de este ser que sabe que no es humano, pero que tiene más sensibilidad a lo que ocurre que la humanidad misma.
K destruye todo a su paso

La dirección de Villeneuve es muy puntual, a algunos les pudiera parecer cansina, pero en realidad focaliza fervientemente en los lugares, en los personajes, en lo que sienten, en su monotonía, en esos lugares devastados y logra empatizarnos poco a poco con todo lo que ocurre, el ritmo crece pero sin desmerecer su esencia espiritual, filosófica, Blade Runner nunca fue un filme de acción o de aventura en su totalidad,  con un discurso sobre esos valores perdidos, sobre el mundo en decadencia, y nada alejados de lo que vivimos hoy en día. El cine de ciencia ficción siempre ha sido el vehículo conductor de estas criticas, de esta sensación de que el mundo en el que vivimos es un caos latente y que el futuro esta mucho más cerca de lo que creemos.
La villana es mala muy mala y muy ruda también

Sin duda, los actos del guión van cerrando ciclos, respondiendo dudas, abriendo nuevas posibilidades. Estamos quizá ante una de las mejores películas del año, con todos esos elementos que nos hacen sentir que no todo esta perdido. Que quizá haya lugar para todos los superhéroes de la pantalla si al menos una o dos veces al año, los estudios contratan directores visionarios como Villeneuve para poder ofrecer eso que el cine debe ser, ese lugar donde los sueños se vuelven realidad y donde aún es posible sorprender visualmente al espectador desde varios ángulos. Blade Runner es un gran regreso a aquellos días en que lo más importante era la historia y los personajes, en donde los efectos especiales acompañan al producto y lo realzan, en donde aquello imposible o inimaginable se vuelve posible. Y lo mas sobresaliente, con un discurso honesto sin pretensiones.
La acción aunque es poca es extraordinaria

Villeneuve en México esperando veredicto y una quesadilla


EL VEREDICTO
Una secuela que se sostiene sola, que es un gran homenaje a la original pero no depende de ella para ser hermosamente emocionante. El mejor regalo de esta temporada sin duda.

CALIFICACIÓN 10 DE 10
DIRECTOR: DENIS VILLENEUVE
ACTORES: RYAN GOSLING, HARRISON FORD

GÉNERO: CIENCIA FICCIÓN

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