miércoles, 26 de marzo de 2014

NOÉ Y LOS VESTIGIOS DEL CINE BÍBLICO





Y como hace algunas décadas la temporada de Semana Santa era un sinónimo de paz y armonía y también de películas bíblicas que se estrenaban en los cines, después de tanto éxito promulgado por el productor de las mismas el gran Cecil B de Mille el género fue olvidado ya que los productores decían que la gente no quería ver historias que pusieran en controversia la diversidad de fé y la espiritualidad. Sin embargo esto de a poco ha sucumbido a intereses que nada tienen que ver con la fé y obviamente a una cuestión de probar si este tipo de cine puede generar ingresos en taquilla. Es así que la primer película de esta nueva serie de cintas basadas en “el libro” es NOÉ curiosamente dirigida por Darren Aronofsky; un director que se ha caracterizado por su cine no convencional y sobre todo independiente. Esta es la primera vez que Aronofsky decide meterse de lleno en el mainstream del cine y además de pregonar que esta es su cinta más añorada y personal se ha buscado que la misma se mantenga neutral en relación con la historia no oficial del personaje y las creencias del pueblo.


Noé interpretado por Russel Crowe es un hombre sencillo que es elegido por el que llaman “el creador” para llevar a cabo la misión de salvar los últimos vestigios de inocencia de la humanidad, que curiosamente no son los humanos, sino todos los animales salvajes, ya que en el universo de la película el hombre es la causa de todos los males del mundo (nada alejado de la realidad). Para ello deberá armar un arca y ahí crear un nuevo ecosistema para poder viajar junto a su familia y sobrevivir al diluvio.
Hasta aquí las ideas parecen congruentes con la historia oficial, sin embargo Aronofsky se las ingenia para mezclar el relato fantástico con ideas muy personales sobre el origen del hombre y vemos como la cinta que en un inicio se piensa basada en un hecho bíblico se convierte rápidamente en un arquetipo de la ciencia ficción y de cualquier película del señor de los anillos.

 En este universo también hay magia, drogas alucinógenas y seres de piedra que defenderán el destino de Noé hasta las últimas consecuencias. El reparto de la cinta lo componen Jennifer Connelly  como la abnegada y terca esposa de Noé, Emma Watson que no muy alejada de su personaje en Harry Potter interpreta a Illa la hija adoptiva de la pareja y finalmente Logan Lerman que anteriormente había ya trabajado con Watson en la cinta “Las ventajas de ser invisible” con actuaciones especiales de Anthony Hopkins como Matusalén y Ray Winstone como Tubal-Caín el villano rudo de la historia. Una cinta plagada de clichés, absurda por momentos en todo sentido y a veces con una narrativa entrecortada sin relación y quizá lo más grave que cae en lugares comunes de cualquier subproducto de Hollywood con el afán único de vender y crear un cuento que pueda gustar al gran público.

Por otro lado Aronofsky famoso ya por arriesgar en su narrativa, acá se nota apaciguado y taciturno quizá por la presión misma de estar frente a una cinta de 125 millones de dólares, escenarios digitales y casi todo creado por computadora. Vale la pena si uno desea simplemente pasar el rato, olvidarse de la historia oficial y quizá entender que también de personajes bíblicos se puede construir una aventura divertida y con alto contenido de acción y fantasía mezclada con todo el poder de Hollywood, cosa que no está mal si la intención misma es esa. Darren Aronofsky puede hacer cine al estilo Peter Jackson aunque usted no lo crea. @castillomaldito

lunes, 24 de marzo de 2014

EL CRIMEN DEL CÁCARO GUMARO: el regreso al churro mexicano






En estas últimas fechas al cine mexicano se le quiere y se le reconoce no solamente en grandes entregas de premios sino también en las salas que es quizá donde se encuentra el terreno más complicado. Desde Nosotros los Nobles (2013) de Gary Alazraki  hasta No se aceptan Devoluciones(2013) del televisivo Eugenio Derbéz el cine nacional ha generado ingresos en taquilla superiores a cualquier cifra en años anteriores y esto se debe a que los creadores han decidido olvidarse de la autoría y el cine contemplativo, que por supuesto gana premios pero aleja por completo al público de las salas de cine, para dedicar más tiempo a divertir y entretener a una audiencia no exigente que lo único que busca es divertirse con algo más sencillo y apagar el cerebro durante una proyección en la gran pantalla

En este tenor se encuentra la nueva cinta de Emilio Portes cuya carrera en el cine nacional ha sido consolidada por comedias negras como Conozca la cabeza de Juan Pérez (2008) o bien la también muy vista Pastorela (2011) que le han permitido experimentar en el terreno de la sátira y el absurdo en dosis pequeñas. En el crimen del Cácaro Gumaro Portes nos cuenta la historia de dos hermanos separados por la ambición de una herencia y esto le sirve de pretexto para  llenar la historia de sketches cómicos, sátiras y un humor paródico que cae por supuesto en el exceso, un territorio conocido ya por este director y acompañado de un guion escrito por el mismísimo Andrés Bustamante y Armando Vega Gil parecía indicar que estábamos ante una propuesta arriesgada y bien fundamentada que daría como resultado no una gran película de gran factura sino algo divertido, inteligente y hasta podríamos decir fresco.

El resultado en pantalla es verdaderamente lamentable ya que la cinta cae en el chiste barato, en la auto parodia y casi casi en el vicio de entretener por la referencia inmediata, por el recordatorio popular de que vivimos en una sociedad tan vacía que nos recuerda a aquella época de nuestro cine en los años 80´s donde lo más importante era el sexo, la vulgaridad y el referente inmediato de la sociedad sin importar la calidad o la factura del producto. Los llamados “churros mexicanos” término acuñado a aquellas obras que eran realizadas en serie con un fin comercial inmediato, con factura barata y con la simple pretensión de lucir la pobreza de una narrativa inexistente para una audiencia que no tenía ganas de pensar y que gustaba de chistes albureros y una sexualidad latente.

El Crimen del Cácaro Gumaro es un desfile de rostros conocidos desde Chabelo, Carmen Salinas hasta Alfonso Zayas y El Caballo rojas, es también un escenario para parodiar las cintas mexicanas de autor, la piratería y por supuesto el mismo cine mexicano, con una narrativa pobre y carente de sentido. Seguramente esta cinta está destinada a ser un éxito tal y como sus predecesoras que han roto la barrera del público sin ningún riesgo, pero aquí es donde hay que pensar si queremos un cine de mala calidad con chistes o con historias light solamente o el extremo cintas pretenciosas y aburridas solo para públicos selectos o quizá debemos buscar la diversidad y variedad para poder ofrecer una mirada sólida de lo que realmente somos: sin duda una gran pregunta. 

LOS 300 VUELVEN A LA CARGA




Últimamente la moda del cine generado completamente con fondos digitales y muchísimos efectos, que superan en número inclusive a los actores reales, ha cobrado grandes sumas de dinero en taquilla y se ha vuelto un mal de esta nueva época. Por ahí decía el gran fotógrafo Emmanuel Lubezki que la cosa no es que haya malos efectos especiales sino más bien fotógrafos y directores que no saben cómo utilizarlos en una película.
El caso de 300 la cinta dirigida en 2006 por Zack Snyder basada en la novela gráfica de Frank Miller muy famosa por sus tintas absurdas y muy sangrientas, fue un gran éxito en taquilla, volcó la carrera de Michael Fassbender  y de Gerard Butler, además de poner de moda nuevamente el cine épico. Sin embargo dicha suerte se debe a que,  en aquel momento los espectadores no estaban tan acostumbrados a cintas generadas  casi en su totalidad por decorados digitales y simplemente el resultado en pantalla según mi humilde opinión era  cada vez más falso, logró contar una historia con un seudo marco histórico interesante.
Este año los 300 vuelven a la carga ahora con un reparto nuevo, encabezados por Sullivan Stapleton un actor que ha hecho muchos papeles secundarios en cintas olvidables como la infame Fuerza Antigangster(Gangster Squad 2013) entre otras.  Dirigida por Noam Murro cuya carrera en el cine es muy corta con una sola cinta anterior llamada Gente Inteligente (Smart People 2008) que tuvo corrida solo en video ya que se trata de una comedia hipster bastante lenta y aburrida.


 300 EL NACIMIENTO DE UN IMPERIO se erige como una continuación innecesaria y cuenta la historia de Temístocles un guerrero que busca redimir a su pueblo y luchar contra el dominio de las fuerzas persas que tratarán a toda costa de destruir la rebelión.
Una cinta predecible, decimos coloquialmente muy palomera, que no provoca ninguna sensación de sorpresa ni mucho menos de asombro. Las mismas gráficas digitales iluminadas por el fotógrafo Simón Duggan que hace su chamba al tratar de dotar los planos del director con un acento bastante colorido y sagaz que llega incluso a ser repetitivo por momentos. Las cámaras lentas en las batallas, los gritos y algo que quizá ninguna persona pensó que fuera posible, el extrañar los ademanes y exageraciones de Gerard Butler como Leónidas hacen que esta secuela sea bastante olvidable.


Sin embargo aquel público ávido de simplemente pasar un buen rato, con batallas, efectos y criaturas ancestrales puede quedar satisfecho ya que esta cinta lo que menos hace es aburrir al espectador. La belleza de Eva Green para los más jóvenes y la de Lena Headley bastante alabada por su maldad en la serie Game of Thrones aseguran al menos un buen entretenimiento así como los torsos musculosos de estos griegos que harán las delicias de las señoras y señoritas en la sala.
Une recomendación para apagar el cerebro durante 2 horas y vivir de nuevo algo que se ve y suena tan artificioso como sus fines para los cuales fue creado.   

12 AÑOS DE ESCLAVO y el cine con audacia narrativa





Mucho se ha hablado en la historia del cine sobre temas que valoran la capacidad humana para sobrevivir ante adversidades y vejaciones realizadas por el desconocimiento de causa y por el odio infundado hacia los otros que a veces consideramos diferentes.
Un cineasta como Steve McQueen que debe su fama a sus intervenciones como artista plástico primero y después en el terreno del cine a obras verdaderamente poderosas como HAMBRE (Hunger 2008) ,   que nos hacía entrar en el mundo de un hombre que es encerrado injustamente y decide enfrentarse a la injusticia, destruyendo su cuerpo y después en SHAME (2011) una cinta sobre la adicción al sexo y al placer que nos habla sobre ese lado oscuro del ser humano que se encuentra rara vez en la superficie.
Ahora con 12 años de esclavo (12 years of a slave)  llega el momento de probar que un tema abordado muchísimas veces en el cine contemporáneo y clásico, es aún algo del cual nos podemos sorprender. La cinta narra la vida de Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor) un hombre de color,  libre, violinista y padre de familia que de la noche a la mañana, por la codicia y ambición de algunos es atrapado y convertido en esclavo,  alejado de su casa y torturado de todas formas posibles para poder borrar su ansia de libertad.
La cinta es desgarradora desde la primera escena donde Solomon es golpeado por el simple hecho de reclamar su libertad, después la pesadilla no termina y nuestro personaje principal ira y descenderá al mismísimo infierno mostrándonos cual testigo lo peor de la condición humana.

Actores como Brad Pitt, Paul Giamatti o Benendict  Cumberbach   completan el reparto con apariciones especiales y sobretodo Michael Fassbender  que compone a uno de estos Amos esclavistas y dueños de las plantaciones cuyo odio y coraje hacia los demás termina por devastar el hermoso paisaje Fotografiado por Sean Bobbit.
Aquí podemos ver la responsabilidad actoral y el trabajo inclemente con la puesta en escena por parte del director, planos largos y sin cortes para remarcar el destino de cada uno de los personajes. El caso de Lupita Nyong´o que interpreta a la esclava Patsey que es objeto del deseo del amo y su predestinación a ser parte de la tierra y del campo obligada a dar placer y a trabajar sin cesar sin siquiera recibir algo a cambio,   es quizá lo más desgarrador de toda la cinta. Steve McQueen ha logrado ir más allá y dotar de un realismo dramático los hechos que sin duda dejan huella en la piel de quien los vive y también pretende hacer lo mismo con quien los ve.

La audacia de narrar algo convencional y convertirlo en algo asombroso es el talento de esta cinta que seguramente y sin duda se llevara a casa la estatuilla a Mejor Película del 2014 en la próxima entrega del óscar.

Una excelente opción para esta semana en cartelera sin duda que al salir de la sala uno aprende a valorar más la existencia y la igualdad pero sobretodo la libertad.