domingo, 8 de julio de 2018

DESOBEDIENCIA


El saber retratar una situación, un momento o algún personaje que se encuentra en medio de una realidad es un don que pocos directores cinematográficos tienen y los que saben explorarlo de pronto colisionan de una manera poderosa el mito de la realidad fílmica y de la realidad representada.
El regreso sin gloria

Sebastian Lelio director chileno que debuto en 2005 con la cinta la sagrada familia, donde retrataba de una manera muy particular el desencanto natural del nuevo núcleo social familiar, contraponiendolo con la llegada de un personaje libertino y perturbador en un fin de semana de una familia acomodada en la alta sociedad chilena, la película le valió 11 premios internacionales y la gran posibilidad de seguir explorando su mirada particular y sus personajes recurrentes.
El hombre y la mujer judia

En 2013 Lelio se dio a la tarea de explorar la fabulosa interioridad de una mujer madura con la cinta Gloria, donde la actriz Paulina García combinaba su extraordinario talento camaleónico con el conflicto verdadero del sentir, en una etapa donde la mujer explora otro tipo de sentimientos, sensaciones y también la coloca dentro de un espacio muy realista que logró enamorar a todos los críticos del mundo.
La religion como fondo moral

Aquí Lelio disfrutó de las mieles del éxito y después de ganar el Oscar como mejor película extranjera con Una mujer fantástica(2017), como todo director visionario(como le llaman los gringos) llego el momento de embarcarse en dirigir su primer película de habla inglesa.
El primer beso

La cinta Desobediencia, basada en la novela de Naomi Alderman, adaptada por el propio Lelio y Rebeca Lenkiewics, nos lleva de la mano a conocer una comunidad Judía ortodoxa muy severa y justa con sus reglas, donde acontece la muerte del líder de la comunidad y esto, desata el regreso de  Ronit interpretada por Rachel Weisz, una mujer liberal, centrada, un poco depresiva que vive en New York y que regresa a casa después de muchos años ante la muerte de su padre, para también reencontrarse con su hermano Dovid (Alessandro Nivola) que ahora se encuentra casado felizmente con Esti (Rachel McAdams) y que viven bajo las reglas de esta sociedad apabullante y represora.
La calle y los amantes

Ronit abre las puertas del pasado y comienza a deambular en el lugar como una sombra atosigante que rompe cadenas, que entabla una relación de ruptura con el espacio. Esti no puede contener sus deseos enterrados en el pasado del amor y deseo sexual que le provoca Ronit y juntas en la calle exploran su amor y su sexualidad sin pensar en las consecuencias.
El centro del problema

La cinta integra perfectamente la idea de la ruptura, habla de una preferencia sexual ambigua, coloca el seno familiar como un mero pretexto de selección natural y de valores mal entendedidos, entre los que destaca la religión como punto natural de maduración y de establecimiento en la sociedad. La música presente todo el tiempo de Matthew Herbert ayuda a mover un poco la inamovible estética planteada por Lelio y Danny Coen su fotógrafo, con planos estables,  nada dinámicos, atosigantes y hasta claustrofóbicos.
La libertad

Aquí es donde llega el problema de la cinta, Sebastian Lelio es un director que pregna sus obras con esa ruptura muy particular del lenguaje, logra fabricar sus propios universos dentro de las realidades que siempre son aparentes, en esta Desobediencia que plantea, su lenguaje se queda fijo, sin propuesta, contenido de una manera que parece como tímido, no logra alzar el vuelo, ni siquiera al final de la puesta en escena, donde se siente un discurso moralino, aleccionador y discursivo que vuelve la experiencia bastante decepcionante. 
El adios o el hasta luego

Rachel Weisz se siente extraña en el personaje, a veces matiza de una manera adecuada, en otras ocasiones esta perdida en algo aparentemente desconocido para ella. McAdams una actriz bastante menor logra posicionar su personaje y es quizá lo mejor de la película. 
Una familia disfuncional

Aquí estamos nuevamente ante un caso de un extraordinario director latinoaméricano, absorbido por una producción mayor, por un reparto distinto y por una historia que en definitiva no es lo que promete y se queda muy por debajo de la media. Es una cinta plana, con momentos buenos pero por mucho es el ejercicio menos afortunado de Lelio, que anteriormente nos había entregado cosas mucho más logradas
El director esperando veredicto

EL VEREDICTO: Correcta, plana, tibia, en la media de cintas convencionales sin riesgo. Igualmente se disfruta aunque queda un poco a deber.

CALIFICACIÓN: 7 DE 10
DIRECTOR: SEBASTIAN LELIO
ACTORES: RACHEL WEISZ, RACHEL MCADAMS

GÉNERO: ROMANCE, DRAMA

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