viernes, 2 de noviembre de 2018

MUSEO


Nuestra propia historia nos impide a veces percatarnos de esos momentos o detalles, que por más mínimos son grandes. Esas historias que han deambulado por la memoria social pero que en el cine difícilmente vemos o podemos disfrutar.

Alonso Ruizpalacios director muy joven que debutó hace algunos años con la cinta Güeros, donde proponía un regreso al cine rebelde, aludiendo a la ideología reaccionaria, a lo que a casi nadie le importa actualmente, a través de la memoria y del colectivo social del enfrentamiento clasista entre la mirada de los jóvenes actuales y a la vez con mucho de vanguardia retro y de la sociedad represora,  logro colarse ganando premios importantes en varios festivales pero como de costumbre, el público no logró conectar con la idea y fue olvidada en salas.

Ahora bajo la mano de Gael García Bernal en su papel no solo como actor sino como productor, Ruizpalacios presenta su segunda película Museo, basada en una historia real sobre el robo mas curioso y menos espectacular de la historia mexicana, pero que tuvo un eco importante en el momento que ocurrió, porque curiosamente fue cuando todos los mexicanos nos sentimos humillados y mancillados por no tener nuestro pasado histórico.

Museo nos presenta la historia de Juan, un bueno para nada que un día decide con su amigo Wilson robar piezas del museo de antropología e historia de la ciudad de México y convertirse en los dealers más absurdos del arte. La idea por sí misma obedece a una narrativa de " Heist Movie "donde los involucrados planearan este robo y lo ejecutaran sin pensar en las consecuencias.


En Museo, Ruizpalacios decide hacer lo contrario, centrarse menos en la planeación y mas en las consecuencias. Juan y Wilson vivirán un calvario tratando de vender las piezas y todo ira cómo una bola de nieve creciendo en sus interiores y en su relación como amigos.


Los primeros 30 minutos de la cinta son antológicos el director se las ingenia para ubicar al espectador en un tiempo especifico, más allá de los decorados, con el costumbrismo de una familia de clase media de la década de los 80´s. La naturalidad del reparto, la fiesta de navidad, el desempeño de los momentos hilarantes entre los hermanos y a la vez trágicos son excepcionales. El ritmo casi documental, absorbiendo toda la pretensión e idea de emular una especie de Estética Godariana pensando en sus personajes como si fuesen aquellos de Sin Aliento(Á Bout de Souffle, 1960) deambulando ahora en la ciudad de México con planos donde los protagonistas enfrentan al espectador completamente de espaldas, o bien con recortes en la imagen más bien dedicados a reflexionar los interiores de las sensaciones de los protagonistas.


Gael Garcia esta bien, como pocas veces, en una composición, sobre todo hacia el tercer acto de la cinta de una manera introspectiva, sufriendo y desembocando su ira por ser reconocido de una manera extraordinaria. Leonardo Ortizgris también hace lo propio y complementa perfectamente al protagonista como aquel que decide seguir sin cuestionar los pormenores del viaje.

Los momentos musicales extremos donde parece que estamos viendo una película de los 50´s son arriesgados y pueden ser chocantes en su construcción, pero crean un lenguaje adecuado para situar la  cinta con un ritmo único que pretende remontar a una época y colocar la cinta como una especie de filme noir con toques muy nacionalistas.

Aunque se pierde hacia el segundo acto y si, le sobran 20 minutos de metraje(toda la secuencia de Acapulco) Museo se sostiene por esa originalidad y mirada del director que ya se encuentra en una búsqueda de su propio lenguaje, lo cual para una segunda película es muy interesante.

EL VEREDICTO: Una cinta diferente, con un lenguaje único que emula y pretende demasiado del espectador, pero que sin duda consigue momentos verdaderamente buenos que por supuesto valen el precio del boleto.

CALIFICACIÓN: 8 DE 10
DIRECTOR: ALONSO RUIZPALACIOS
ACTORES: GAEL GARCÍA BERNAL, LEONARDO ORTIZGRIS

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