viernes, 14 de diciembre de 2018

LA CASA DE JACK


El cine de Lars Von Trier se ha caracterizado aparte de la controversia y egocentrismo del director, por ser un cine contundente y sin pelos en la lengua. Creador del movimiento Dogma 95 que intentó separar a Hollywood de arte cinematográfico constituyendo un estatuto similar a la Nouvelle Vague de finales de la década del 50 y que vinculaba jóvenes realizadores con el puro sentido de hacer cine desde una forma orgánica, olvidándose de los maniqueísmos de la industria que en ese tiempo reinaban en la pantalla.
Las mil caras de Jack

Von Trier es considerado un personaje lleno de odios y problemas ideológicos que constituyen para muchos una parafernalia excéntrica y para otros el verdadero sentir de un autor real en nuestros días.
Invasion a la propiedad

La cinta La Casa de Jack (The house that jack built) llega precedida del escándalo que generó en el pasado festival de Cannes cuando fue mostrada fuera de competencia, logrando el infame regreso de este director al mismo festival del que fue prácticamente exiliado cuando presento su filme Melancolia(2011) por decir que admiraba a Hitler y que le parecía un personaje interesante. Así la noche del estreno de su nueva película hubo desmayos en la audiencia, gente saliendo a vomitar y por supuesto una ola de desprestigio absurdo y lleno de amarillismo alrededor de la cinta.
La ley inexistente

La casa de Jack es sin duda una oda al extremismo más consciente, al cine de shock que pretende por que si, aturdir a la audiencia con su violencia llevada al extremo y su construcción de personaje totalmente gratuito y sin mucho sentido. Es también una critica moral y ética sobre el arte, la violencia en el arte y el narcisismo de ser y sentirse especial en un mundo sin sensibilidad, donde asesinar, matar y hacerlo con bombo y platillo pueden convertir a un ser humano en una sombra que satisface su deseo de sangre en cualquier lugar y a cualquier hora.
La construcción del sueño

Matt Dillon un actor extraño y que últimamente ha estado desaparecido del medio, interpreta a Jack un hombre común y corriente que tiene deseos de matar y realiza actos violentos que el director divide en 5 partes donde nos cuenta los pormenores de los asesinatos cometidos por este ser. Metiéndose de lleno en la psique del asesino desde su infancia, por supuesto utilizando el shock como principal ingrediente y la comedia de un humor negro y retorcido que pone muy incomoda a la audiencia.
un hombre simple

Rodeada de rostros conocidos las víctimas fluctúan entre mujeres indefensas, amas de casa, madres de familia, hombres de color y contextos políticamente incorrectos que hacen que el discurso se vuelva crudo y por supuesto muy discutible.
La familia

Sin embargo dentro de toda la vorágine de sensacionalismo interno de la cinta, subyace como siempre en este director el motivo de la crítica social, la mirada ácida sobre la insensibilidad humana, el tono ético sobre el proceder del hombre y sobre la mirada acerca de la violencia, no solo de género sino el origen de la misma en el alma del hombre.
El camino

Es también un retrato muy preciso sobre uno de los discursos preferidos del director Danés, en relación con la construcción del arte y su relación con los sentimientos más oscuros y deseos de los creadores. El ver la violencia como una forma de arte por el hecho de ser algo construido nos vuelve insensibles. El sentarnos en una sala de cine y ver la violencia como algo que esta ahí y que mientras no nos afecte no nos importa su existencia nos hace imperfectos y vulnerables.
La realidad

La cámara nos mete de lleno en el interior de este mundo enloquecido y durante casi 3 horas nos lleva de la mano a tratar de entender la mente y el corazón del asesino. Un ser imperfecto que pretende construir algo aunque sea demasiado extremo perfecto en su sentido visual. Una casa perfecta, un lugar que desde los cimientos pueda ser única e irrepetible. Con tintes de la divina comedia, tonos bíblicos, sacrílegos y con una simbología que cae en el exceso, Von Trier nos demuestra que aún sigue vigente y que por supuesto es un autor con todas sus letras.
el mito

La Casa de Jack es perturbadora, es una oda a la pretensión del director, pero sin duda alguna es una obra necesaria en estos tiempos que se viven desde el punto de vista humano. El público que no sabe que viene a ver sale consternado, grita en la sala, se mueve del asiento incomodo, al final puede o no gustar, deja un sabor amargo y a la vez dulce por conseguir esas reacciones en la audiencia. El reparto de actores en especial Matt Dillon es digno de ver y de aplaudir, al final del camino, aquí hay una cinta hecha por un creador que es un autor con un discurso y una mirada para mostrar. Les guste o no eso esta poco a poco desapareciendo en el cine y por supuesto es una bocanada de aire fresco para quien decide entrar a ver esta propuesta.
El director esperando veredicto

EL VEREDICTO: Audaz, muy violenta, perturbadora, no apta para todo el mundo, aunque por momentos es hilarante, hacer reír a una audiencia de cosas mórbidas no es fácil. Lars Von Trier lo logra con creces y hace de esta una experiencia que vale la pena ver en pantallas grandes.
Si es usted una persona impresionable o sensible abstenerse.

CALIFICACIÓN: 8 DE 10
DIRECTOR: LARS VON TRIER
ACTORES: MATT DILLON, UMA THURMAN
GÉNERO: COMEDIA, HORROR, DRAMA


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