lunes, 24 de marzo de 2014

12 AÑOS DE ESCLAVO y el cine con audacia narrativa





Mucho se ha hablado en la historia del cine sobre temas que valoran la capacidad humana para sobrevivir ante adversidades y vejaciones realizadas por el desconocimiento de causa y por el odio infundado hacia los otros que a veces consideramos diferentes.
Un cineasta como Steve McQueen que debe su fama a sus intervenciones como artista plástico primero y después en el terreno del cine a obras verdaderamente poderosas como HAMBRE (Hunger 2008) ,   que nos hacía entrar en el mundo de un hombre que es encerrado injustamente y decide enfrentarse a la injusticia, destruyendo su cuerpo y después en SHAME (2011) una cinta sobre la adicción al sexo y al placer que nos habla sobre ese lado oscuro del ser humano que se encuentra rara vez en la superficie.
Ahora con 12 años de esclavo (12 years of a slave)  llega el momento de probar que un tema abordado muchísimas veces en el cine contemporáneo y clásico, es aún algo del cual nos podemos sorprender. La cinta narra la vida de Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor) un hombre de color,  libre, violinista y padre de familia que de la noche a la mañana, por la codicia y ambición de algunos es atrapado y convertido en esclavo,  alejado de su casa y torturado de todas formas posibles para poder borrar su ansia de libertad.
La cinta es desgarradora desde la primera escena donde Solomon es golpeado por el simple hecho de reclamar su libertad, después la pesadilla no termina y nuestro personaje principal ira y descenderá al mismísimo infierno mostrándonos cual testigo lo peor de la condición humana.

Actores como Brad Pitt, Paul Giamatti o Benendict  Cumberbach   completan el reparto con apariciones especiales y sobretodo Michael Fassbender  que compone a uno de estos Amos esclavistas y dueños de las plantaciones cuyo odio y coraje hacia los demás termina por devastar el hermoso paisaje Fotografiado por Sean Bobbit.
Aquí podemos ver la responsabilidad actoral y el trabajo inclemente con la puesta en escena por parte del director, planos largos y sin cortes para remarcar el destino de cada uno de los personajes. El caso de Lupita Nyong´o que interpreta a la esclava Patsey que es objeto del deseo del amo y su predestinación a ser parte de la tierra y del campo obligada a dar placer y a trabajar sin cesar sin siquiera recibir algo a cambio,   es quizá lo más desgarrador de toda la cinta. Steve McQueen ha logrado ir más allá y dotar de un realismo dramático los hechos que sin duda dejan huella en la piel de quien los vive y también pretende hacer lo mismo con quien los ve.

La audacia de narrar algo convencional y convertirlo en algo asombroso es el talento de esta cinta que seguramente y sin duda se llevara a casa la estatuilla a Mejor Película del 2014 en la próxima entrega del óscar.

Una excelente opción para esta semana en cartelera sin duda que al salir de la sala uno aprende a valorar más la existencia y la igualdad pero sobretodo la libertad.

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