Últimamente la moda del cine generado completamente con
fondos digitales y muchísimos efectos, que superan en número inclusive a los
actores reales, ha cobrado grandes sumas de dinero en taquilla y se ha vuelto
un mal de esta nueva época. Por ahí decía el gran fotógrafo Emmanuel Lubezki
que la cosa no es que haya malos efectos especiales sino más bien fotógrafos y
directores que no saben cómo utilizarlos en una película.
El caso de 300 la cinta dirigida en 2006 por Zack Snyder
basada en la novela gráfica de Frank Miller muy famosa por sus tintas absurdas
y muy sangrientas, fue un gran éxito en taquilla, volcó la carrera de Michael Fassbender
y de Gerard Butler, además de poner de
moda nuevamente el cine épico. Sin embargo dicha suerte se debe a que, en aquel momento los espectadores no estaban
tan acostumbrados a cintas generadas casi en su totalidad por decorados digitales y
simplemente el resultado en pantalla según mi humilde opinión era cada vez más falso, logró contar una historia
con un seudo marco histórico interesante.
Este año los 300 vuelven a la carga ahora con un reparto nuevo,
encabezados por Sullivan Stapleton un actor que ha hecho muchos papeles
secundarios en cintas olvidables como la infame Fuerza Antigangster(Gangster
Squad 2013) entre otras. Dirigida por
Noam Murro cuya carrera en el cine es muy corta con una sola cinta anterior
llamada Gente Inteligente (Smart People 2008) que tuvo corrida solo en video ya
que se trata de una comedia hipster bastante lenta y aburrida.
300 EL NACIMIENTO DE
UN IMPERIO se erige como una continuación innecesaria y cuenta la historia de Temístocles
un guerrero que busca redimir a su pueblo y luchar contra el dominio de las
fuerzas persas que tratarán a toda costa de destruir la rebelión.
Una cinta predecible, decimos coloquialmente muy palomera,
que no provoca ninguna sensación de sorpresa ni mucho menos de asombro. Las
mismas gráficas digitales iluminadas por el fotógrafo Simón Duggan que hace su
chamba al tratar de dotar los planos del director con un acento bastante
colorido y sagaz que llega incluso a ser repetitivo por momentos. Las cámaras
lentas en las batallas, los gritos y algo que quizá ninguna persona pensó que
fuera posible, el extrañar los ademanes y exageraciones de Gerard Butler como Leónidas
hacen que esta secuela sea bastante olvidable.
Sin embargo aquel público ávido de simplemente pasar un buen
rato, con batallas, efectos y criaturas ancestrales puede quedar satisfecho ya
que esta cinta lo que menos hace es aburrir al espectador. La belleza de Eva
Green para los más jóvenes y la de Lena Headley bastante alabada por su maldad
en la serie Game of Thrones aseguran al menos un buen entretenimiento así como
los torsos musculosos de estos griegos que harán las delicias de las señoras y
señoritas en la sala.
Une recomendación para apagar el cerebro durante
2 horas y vivir de nuevo algo que se ve y suena tan artificioso como sus fines
para los cuales fue creado.
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